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Smartick, plataforma virtual para que niños de entre 4 y 14 aprendan matemáticas

[vc_row][vc_column][vc_custom_heading source=»post_title» use_theme_fonts=»yes»][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Encargarse de apoyar a los escolares en sus hábitos y formas de estudio recién cuando se sacan malas notas o cuando ya está avanzado el semestre es un error habitual entre los padres. No por falta de interés, sino que el año pasa tan rápido que las reacciones suelen ser sobre la marcha, lo que inevitablemente los estresa a ellos y a los niños. La recomendación de los expertos en educación es a planificar con tiempo y a elegir el formato que a cada uno le acomoda mejor, tomando en consideración sus intereses y capacidades iniciales. Esta es la mejor fórmular para sentar las bases que garanticen el éxito escolar de los niños.

La clave está, según los entendidos, en la constancia y en comprender que el aprendizaje es un proceso, no un suceso. “Hay que armarse de paciencia y tener claridad de que los resultados no son inmediatos. Por eso es tan importante crear hábitos que se establezcan en la casa durante todo el año, incluidas las vacaciones, obviamente en un formato distinto”, explica Javier Arroyo, creador de Smartick, plataforma virtual para que niños de entre 4 y 14 años aprendan matemáticas, lógica y programación.

Una de las principales recomendaciones es no cargar a los niños con clases particulares que sean equivalentes a lo que viven diariamente en la sala de clases. “Estudiar no tiene por qué ser una tortura, hoy existen métodos creativos, entretenidos y que usan la tecnología, un lenguaje que los chicos comprenden en forma casi natural desde muy pequeños”, comenta Arroyo de Smartick. “La técnica debe ser tareas de corta duración (15 minutos), a diario, con contenido a medidad para cada niño, sin frustraciones y como complemento a la escuela”, complementa.

Por último, fomentar la autonomía en los niños que tan beneficioso les resultará en su futuro académico y laboral. Elegir formatos que no obliguen a los padres a estar siempre involucrados, sobre todo presencialmente. “También es un error dejar las horas que se pasan con los hijos sólo para hacerlos estudiar o supervisar las tareas. Lo ideal es buscar formatos en los que los adultos sepan bien lo que está pasando, pero sin necesidad de que obligatoriamente tengan que estar presentes para que los niños hagan sus tareas, que es lo que sucede en instancias como, por ejemplo, Kumón. Una de las aplicaciones más valoradas de nuestro método, que es la próxima generación de una clase complementaria presencial, es que los papás pueden pedir reportes y seguir el avance detallado de sus hijos si lo desean, pero es el sistema el que corrige y propone ejercicios, a través del uso de la inteligencia artificial. El niño trabaja solo, de forma autónoma. Esto permite que cada sesión sea única y totalmente pensada para ese estudiante en particular”, detalla el creador de Smartick.

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